viernes. 29.03.2024

Elena Torres, teleprensa.com Almería

Todavía se escuchan los ecos de aquellas continuas ruedas de prensa por parte de los parlamentarios del Partido Popular, -no había semana que no se produjeran-, cuando ponían la sanidad andaluza en el epicentro de sus críticas a las políticas socialistas. Del PSOE siempre se ha esperado que educación, salud y políticas sociales marquen el ritmo de sus gobiernos, así que el PP no pierde oportunidad para criticar sus gestiones en estos campos. Como han sido casi cuarenta los años que los socialistas han presidido la Junta de Andalucía, desde la oposición, la única que ha habido hasta hace unos poquitos años, no hemos oído sino reproches a todas las deficiencias que seguro existían pero exponencialmente eran elevadas por… ni se sabe por los populares. 

Tal es así que las últimas campañas del PP se han centrado en la necesidad de un cambio profundo en la sanidad y, como es habitual también en su estrategia cuando recuperan o como en este caso reciben por vez primera un gobierno, lo suyo ha sido amplificar y multiplicar la situación de deterioro de la sanidad andaluza. En esta ocasión, los populares han sacado a la luz nuevas listas de espera, aún más gordas de las ya conocidas, con las que han pretendido salir como ‘nuevos salvadores’ que iban a dar la vuelta como un calcetín a la situación. 

Sin embargo ya vamos para el año de gobierno y hete aquí que lejos de ver la efectividad de esos planes de choque anunciados para revertir la situación nos encontramos con el descontento absoluto, en forma ya de manifestaciones públicas, que no proceden precisamente de los rivales políticos, los socialistas, sino del propio colectivo de profesionales sanitarios. 

Fueran más o menos las listas de espera, -a las que ahora se suma una vacunación con cifras que, al parecer, tampoco se corresponden con la realidad que nos vendían los socialistas-, mejor o peor la situación del personal sanitario, lo cierto es que el nuevo gobierno no sólo no ha sido capaz de aguantar la situación sino que ésta se encuentra mucho más deteriorada y los sanitarios ya no pueden más, hablan incluso de “inseguridad” por los recortes de personal que están sufriendo y les impiden llevar a cabo su trabajo con un mínimo de garantías. 

La sanidad, ese gran proyecto que iba a arreglar el PP, se le vuelve en contra como un gran bumerán. Ya hay programadas concentraciones en todos los hospitales públicos andaluces. El tiempo para empezar a ver resultados se acaba.

El bumerán de la sanidad