jueves. 28.03.2024

Javier Salvador, teleprensa.com

Auxiliar a la España literalmente enterrada por el fango cuesta menos que los 140 millones de euros de un nuevo proceso electoral. Aliviar la desazón de miles de personas que lo han perdido todo debería ser mas importante que dar satisfacción a los egos personales de líderes políticos, de sujetos que quieren ganar en los despachos un partido ya celebrado en el terreno de juego de las urnas. 

La actual situación política debemos mirarla así, de frente. No podemos tener miedo de comparar el gasto electoral con una posible aplicación hipotética. En qué gastarías tú los 140 millones de las elecciones.

Pensemos en castigar a quienes van a impedir que España se enfrente a retos tan importantes como el auxilio de conciudadanos ahora que ha pasado la tormenta. Pero mucho más preocupante es en qué situación vamos a estar ahora que llegan las grandes amenazas que acechan a nuestro modelo económico, a nuestro modo de vida.

La salida de Reino Unido de la Unión Europea. La incesante búsqueda de EE. UU. de un enemigo al que montarle una guerra para manipular la intención de voto de esa América profunda. El brutal aumento del precio del petróleo o la guerra comercial con China, son verdaderas tormentas que nos van a afectar a todos, y no sólo unas determinadas zonas como las severamente castigadas por las lluvias.

Viene una crisis, y es una crisis distinta a la anterior. Y difiere porque nos toca plantearnos qué tipo de gobierno queremos para afrontar ese nuevo reto, si uno que tire por la calle de lo políticamente correcto con la comunidad internacional, acometiendo recortes descomunales en todos los servicios públicos, u otro que opte por lo políticamente correcto con su gente, con sus paisanos, garantizando servicios y ayudas para quienes no puedan afrontar la nueva realidad que se cierne sobre nosotros.

La elección del Gobierno significa elegir quiénes pagarán esta crisis. En el anterior cataclismo económico, el de los grandes bancos de inversión, la abonamos las clases medias, mientras que quienes ya tenían dinero ganaban aún mucho más. Hicimos pasar de ricos a megamillonarios a un reducido grupo de personas que supieron aprovechar el declive de todos los demás. Ahora tenemos la oportunidad de elegir quién pagará esta crisis, si los mismos de la vez anterior o precisamente aquellos que hicieron dinero del sufrimiento de la inmensa mayoría.

Seamos conscientes de que el 10% del país, de España, concentra más riqueza que el otro 90%, y que eso se debe a que en los años de crisis los más ricos siguieron ganando, y que en la recuperación ellos han multiplicado por cuatro sus posibilidades frente a las de cualquier otro conciudadano. No son datos de noticias falsas, son las conclusiones del estudio realizado por Oxfam Intermón hace apenas un año sobre el crecimiento de las desigualdades en este país.

Si hay que ir a elecciones acojonemos primero a quienes niegan la formación de un gobierno. Que sepan desde el primer momento quién no pagará esta crisis. Y si tienen algo de sentido común, que se abstengan con la única condición de que el dinero destinado a un nuevo proceso electoral sea automáticamente aplicado los daños causados por el último temporal de lluvias torrenciales. Que no será el último.

En qué gastarías 140 millones